Desmintiendo confusiones: Rusia.

En el año 1886 Fedor Tuitchev, el poeta ruso, ha escrito:

"Умом Россию не понять,
Аршином общим не измерить:
У ней особенная стать —
В Россию можно только верить"

Que más o menos dice:

Desmentir confusiones: La homofobia rusa.


Nunca me metía en la política y siempre estaba muy, pero muy lejos de ella. Pero hasta a mi me ofenden los intentos de los otros estados meterse en la politica interior de Rusia. Es lo mismo que si yo viniera a vuestra casa y empezara a imponeros MIS propias reglas de cómo tenéis que vivir dentro de vuestra propia casa. Eso sí que es la dictadura, pero disfrazada de en "defensa de los pobres oprimidos".

Sobre todo con la ley anti-gay. Mi propuesta a los EEUU y UE: ¿por qué no legalizar en vuestros países el derecho de los pedófilos de disfrutar cómo les da la gana? ¿No estáis privándoles de su libertad?







El elefante y los 6 sabios ciegos

La razón por la que subo esta parabola es que a veces me "saca de mis casillas" la gente que se pone a   deliberar sobre algo que no saben, ni entienden. Que sus criticas y razonamientos basan sobre lo que yo llamo "excrementos mentales" de los demás. 
Tal gente me recuerda a los sabios ciegos que intentaban adivinar cómo es el elefante.

Al final de la parábola hay una pregunta. Tengo mucha curiosidad, ¿hará alguien esta pregunta mientras lee el texto? ;)


Fragmento de la entrevista con Martin Seligman


“No existen atajos para conseguir la felicidad”

     
Por Eduardo Salvador


Martín Seligman, expresidente de la American Psychological Association, lidera actualmente una auténtica revolución dentro de la psicología, que hasta ahora se había centrado casi exclusivamente en los traumas, trastornos y patologías de la mente. Frente a esta psicología “negativa”, Seligman ha fundado el movimiento de la psicología positiva, que estudia las emociones placenteras, el desarrollo de las virtudes y la búsqueda de la felicidad. 

Se habla mucho de la depresión y del estrés que provoca la vida moderna ¿Es cierto que en nuestra sociedad la gente está cada vez menos feliz?
Bueno, es distinto hablar de la felicidad y de la depresión. Tenemos estudios muy rigurosos desde hace sesenta años sobre el nivel de felicidad en los Estados Unidos y en algunos otros países, y lo que indican es que este nivel no ha variado en absoluto. Lo cual es sorprendente, dado que todos los indicadores económicos se han disparado en el mismo período. Está muy comprobado que el dinero, a partir de un cierto nivel mínimo, no da la felicidad. Pero además en todos los países desarrollados se dan diez veces más casos de depresión hoy que en los años cincuenta, y han aumentado en menor medida otras patologías como la ansiedad. 

¿Qué explicación le da a esto?
Nadie lo sabe a ciencia cierta, aunque yo tengo mi hipótesis. Creo que influyen varios factores. Uno es que la gente tiende a tomar atajos para conseguir el placer: las drogas, el sexo sin amor, la televisión, las compras. Y no soy tan moralista como para sugerir que la gente no haga estas cosas, pero si alguien basa su vida exclusivamente en atajos y descuida los otros aspectos de su vida, como el desarrollo personal o el sentido que da a la vida, acabará sacrificando su felicidad a largo plazo. El problema es que cuando más rica sea una sociedad, más atajos existen.

Otro es el tamaño relativo de la dimensión del yo frente a la dimensión del grupo. Cada vez pesa más el individuo y menos las colectividades. La familia cada vez es más pequeña, se desvanecen las ataduras a la nación, a la comunidad, al grupo religioso. Éstas eran las instituciones tradicionales nos apoyaban en los momentos difíciles, que a lo largo de la historia han sido las medidas antidepresivas más eficaces, y están desapareciendo
Y por otro lado las ciencias sociales nos han enseñado que somos víctimas de nuestro entorno, que lo importante no es el individuo quien está en control sino los factores externos que nos limitan y nos manipulan. Esto es una formula perfecta para la depresión.



¿Cuál, entonces, es su receta para la felicidad?

En realidad tengo tres, que se aplican a tres niveles que llamo la vida placentera, la vida buena y la vida con sentido. Para la primera la receta es llenar la vida de todos los placeres posibles, y aprender una serie de métodos para saborearlos y disfrutarlos mejor. Por ejemplo compartirlos con los demás, aprender a describir y recordarlos, y también utilizar técnicas como la meditación para ser más conscientes de los placeres. Pero este es el nivel más superficial.
El segundo nivel, el de la buena vida, se refiere a lo que Aristóteles llamaba eudaimonia, que ahora llamamos el estado de flujo. Para conseguir esto la formula es conocer las propias virtudes y talentos y reconstruir la vida para ponerlos en práctica lo más posible. Con esto se consigue no una sonrisa sino la sensación de que el tiempo se para, de total absorción en lo que uno hace. La buena vida no es esa vida pesada de pensar y sentir, sino de sentirse en armonía con la música vital. Creo que mi perro lo podría resumir así: “corro y persigo ardillas, luego existo”.

El tercer nivel consiste en poner tus virtudes y talentos al servicio de alguna causa que sientas como más grande que ti. De esta manera dotas de sentido a toda tu vida. 
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