Una mujer soñó que entraba a una tienda y para su sorpresa encontraba a Dios
atendiéndole.
- Señor mío, ¿eres tú? – le preguntó maravillada.
-
- Sí, soy yo, - contesto Dios.
- - ¿Qué vende aquí? – preguntó la mujer.
-
- Todo lo que desea tu corazón, - contestó
Dios.
Apenas creyendo lo
que escuchaba, la señora decidió pedir lo mejor que podía desear un ser
humano: “Entonces quiero comprar salud,
felicidad, amor, éxito y riqueza”.
Dios sonrió, dio la
vuelta y se adentró a la trastienda a por el pedido. Cuando volvió, llevaba en
las manos una pequeña caja de cartón.
-
- ¡¿Y eso es todo?! – exclamó la mujer.
-
- Sí,
- fue la imperturbable respuesta, - ¿acaso no sabías que solo vendo las
semillas?
SKH
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